lunes, 26 de mayo de 2008

La vida me mata.


Cuando estás en cuarto lo que menos deseas es que el año termine, sientes nostalgia hacia tus compañeros a los que, lo mas seguro, no volverás a ver o quizás no con la misma frecuencia a la que estabas acostumbrada compartir con ellos. Esos son los momentos en los que te acuerdas del verdadero nombre del compañero al que le decían mil apodos y tú fuiste la creadora de mas de alguno, obvio. Del que pensaste que era nerd, pero te equivocaste y lo conoces a último minuto y te arrepientes de no haberlo hecho antes. Te haces la “chora” con lo profes porque no te importan las anotaciones, al fin y al cabo, una más y una menos a estas alturas no te dejarán repitiendo. Los tuteas, tiras la talla, carreteas con ellos, los joteas y hasta les buscas pareja ( jajaj, como olvidar eso…). En un abrir y cerrar de ojos, una de las pernitas del curso pololeando, y tú aún soltera!! , pero no te importa, sólo piensas en pasarla bien. Todos se ponen más cariñosos, los típicos grupitos aislados se acercan a compartir. Sacas la vuelta en cada clase, te atreves a más en todos los sentidos.
Si antes nicagando participabas en alguna competencia para los aniversarios, ahora buscas hacerlas todas, total ¿Qué importa hacer el ridículo? Es el ultimo año!!!. Oh! Y la licenciatura! la fiesta de gala!! Y la gira de estudios!!! “para hacer bien el amor hay que venir al sur”…jajaja.
Aahh…(suspiro) como olvidar bellos momentos. De ahora en adelante cada vez que te reúnas con tus amigos, típico, es el tema de conversación. Pero lejos, lo más importante que esta por llegar, es la universidad. No tanto la PSU, una simple prueba a la que le temes. Eso pasa, y no es tan difícil incluso yo estoy estudiando. Lo peor es la vida fuera de casa, lejos de la protección del hogar. Tu vida recién empieza cuando sales de la burbuja parental.
La ansiedad se apodera de ti y te imaginas cómo sería vivir sola. Si hasta la palabra estudiar suena bien; esfuerzo, superación, sacarse la cresta, responsabilidad. Todas las weas que te daban lo mismo en el colegio ahora adquieren otra connotación, porque el universitario que estudia es símbolo de admiración, o no?. Te imaginas cocinando, estar sola en casa, invitar amigos las veces que quieras, eres la anfitriona de más de algún carrete. Salir hasta la hora que se te pare el hoyo, te quedas fuera si quieres sin avisar a nadie (bueno sí, a tus compañeros de casa. Pero no son lo mismo que avisarle a un adulto que te pinte el mono) ni mucho menos dar explicaciones. Mantienes tu propio orden, o desorden, te levantas a la hora que quieres, si llegas cura’ no es necesario disimular. Puta te das la vida, aparte de sufrir con los ramos y las notas, pero eso requiere solamente mucho estudio y disciplina con los horarios.
Todo eso para ti, tú que me estas leyendo, a ti te hablo, tú joven chileno de 18 años a punto de salir de cuarto…yaaa!!!. Todo eso es algo que te gustaría vivir luego, tomarle el sabor a la vida, aprender de experiencias, cagarla y arreglarla. Cosas así te harán una persona con capacidad de tomar decisiones, pero qué pasa cuando sales de una cárcel para caer en otra?? Cuando ya estabas cansada de recibir órdenes, de dar explicaciones, de poner caras para hacer la pata y conseguir algo, cuando ya no soportabas ni un minuto más que te dijeran lo que debías hacer y cuando al fin logras salir de eso y piensas que todo será diferente, gran error, es aún peor.
Ya estaba logrando que en mi casa se adaptaran a mi forma de ser y yo también adaptarme a su “sistema” y vivir periódicamente en armonía, fui a caer en la pata de los caballos. Yo soy una persona mas bien independiente, que disfruta estar sola y su espacio, reservada con mis asuntos, llevada a mis ideas y manejar las cosas a mi manera. Así podía ser en mi casa y se me respetaba. Pero ahora no. Convivir con personas mayores que me conocían desde pequeña y a las que por supuesto estimo mucho, hace que tengan una imagen de mí como tal persona, es decir, como una niña, y con mentalidad de niña. O como una huasita con mentalidad y carácter de huasita.
Ahora tengo que adaptarme a otro estilo de vida, en donde todos son perfectos, sus hijos que fueron los mejores alumnos, que no carreteaban, siempre estudiaban, que ahora trabajan y ganan plata. Pero porque yo tengo que ser igual que ellos?? No me traten como una hija a la que pueden mandar, yo no tengo las mismas costumbres ni menos el estilo de vida que ellos manejaron. Quiero darme cuenta de las cosas yo sola, quiero vivir mi vida. Conozco mis capacidades y límites pero quiero llegar mucho más allá. No entiendo por qué hay que ser estructurado, o cuadrado mejor dicho, para tener éxito y alcanzar tus metas. Estamos en otra época, con otros pensamientos, con otros colores y propósitos. Todo el mundo se cae o alguna vez llegará a pegarse el porrazo, pero hay que saber pararse y SOLO.
Ya no quiero tener que llegar a la casa y poner cara de “ me fue bien, todo esta bien”, siendo que en realidad tuve un día de las mil putas y sólo deseo evitar el interrogatorio. Todos llegamos a tener esos momentos en los que ansiamos estar en casa y llorar, dormir y olvidar todo. Estar con uno mismo a solas. Pero no puedo, no tengo privacidad, realmente no. Duermo en una habitación-escritorio, y como la palabra lo dice, todos ocupan el escritorio, todos tienes cosas allí y, por ende, entra cualquiera a toda hora. Apenas tengo espacio en el clóset para poner mis tres chaquetas, porque ya esta lleno con otras cosas. No tengo dónde guardar la demás ropa. Está toda amontonada en una bolsa, no la puedo ordenar como corresponde porque no hay espacio ni otro clóset. Mis cuadernos están esparcidos sobre cualquier lugar. No puedo traer muebles, porque mi pieza-escritorio es muy chica y además no cabría nada más. Mi “cama” es un sillón plegable que debo hacer todos los días o si no, no se puede entrar a ocupar el escritorio.
Mi primita de un año, la quiero mucho por cierto, no para de llorar. Esta bien es una niña muy pequeña pero a la vez muy mañosa y yo no estoy acostumbrada a los bebés, crecí entre puros adultos. Llora cuando la van a acostar, cuando le dicen no y lo peor es que despierta todas las noches en la madrugada llorando, momento en que mi tía se levanta, despierta a mi prima, que es sorda y casi ni escucha, y tratan de calmarla para que siga durmiendo el resto de la noche. Llego a taparme la cabeza con la almohada con tal de no oír.
Cuando hay visitas es mala educación encerrarme en la pieza y otra vez me mamo el interrogatorio. No tengo amigos o compañeros de cuarto con los cuales poder compartir. Me aburro como ostra. No tengo Internet y tampoco tendré hasta septiembre u octubre, es lo más seguro porque en esa fecha nos cambiaremos de casa, por lo tanto no puedo hacer trabajos o adelantar en casa.
Pucha son muchas cosas, pero debo agradecer que viva bajo techo y sin pagar ni uno, pero no vivo cómodamente. Entonces ¿cómo puedo hacer mi vida si no tengo confortabilidad?
Creo que todos concordamos que para realizarnos como personas se necesitan cuatro cosas: salud, alimentación, un techo y comodidad donde uno está.

2 comentarios:

Life.Purple dijo...

ataa el cieloooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

A.B.D.U.A.D.N dijo...

la estipidez que escribi...
pffff!!!
Negrrrrrra.